jueves, 22 de noviembre de 2012

MAREJADAS




La roca presiente que algo ha cambiado,
el río se encresta, y busca la altura,
gime la ribera al verlo enojado
en la espuma blanca muestra su bravura.


Se retuerce el agua y abraza a la costa
y los caracoles apuran el paso,
más la marejada se ríe, impiadosa,
los devuelve al cauce con un manotazo.


Saciada la espuma, regresa a la orilla,
de nuevo las aguas al galope avanzan,
y el viejo costero sus redes repliega.


Un sol gurisito, apenitas brilla,
y al ver los colores que en la costa danzan,
mi alma borracha, de dulzura queda.



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