De La Paz vengo,
vengo remando,
voy por mi río
crecido o manso.
Y aunque yo creo
que voy andando,
el río manda
me va llevando.
Mi “carpinchera”
va aguas abajo,
corto es mi aliento
y el río es largo.
Siempre en el río
yendo y viniendo,
los años pasan,
me van doliendo.
Pobre, muy pobre
así he quedado,
no sirve el oro
de los dorados.
La lucha es dura
y el pago amargo,
solo en el río
me voy quedando.
Lo que he ganado
lo voy juntando,
y un poco en vino
lo voy gastando.
Amo a las aguas
del bravo río,
cuando navego
lo siento mío.
Donde otros siguen
me quedo un rato,
y si se quedan
sigo remando.
El río sabe
que lo que planto,
si él lo quiere
puede llevarlo.
Y lo que trae
su andar cansado,
si me hace falta
puedo guardarlo.
Calla conmigo
cuando me callo,
canta conmigo
cuando yo canto.
Te voy dejando
hermano mío,
busca este cauce
el de mi río.
Este es un río
que es todo abrazo,
nos va llevando
en un mismo paso.
Y aunque tu río
sea de otro lado,
nos va encontrando
el mismo remanso.
Nadie del todo
anda alejado,
un mismo puerto
nos va juntando.
La vida es río
y al fin y al cabo,
todos en ella
vamos remando.
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