viernes, 13 de septiembre de 2013

MI PUEBLO Y LOS LAPACHOS



Aturdido de un cielo que me abraza,
un cielo pueblerino sigiloso,
olor a viejo patio, delicioso,
salpicado de grises de torcazas.


En el aire dulzura de panales
y una canción muy dulce y amorosa,
se perturba la acera, vergonzosa,
con la miel de las flores matinales.


Es agosto en mi pueblo, y silba un viento
de aromas pueblerinos renacidos
que aleja las tristezas, los lamentos.


Porque en mi barrio hasta ayer dormido,
la alegría se ha puesto en movimiento,
estallaron los lapachos florecidos.



Fotografía: Melina Yuros

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