Ay!
La Paz, me devuelves la alegría
en
los ojos dulzones del paisaje,
y
me afirmo a tu historia, tierra mía,
y
cargo de recuerdos mi equipaje.
Y allí
están los chanás del bravo río,
después,
los inmigrantes que llegaron
a
este arisco pedazo de Entre Ríos,
y
aquí sus esperanzas remontaron.
Hoy
le canto a la luz de tu horizonte,
a las
tibias alitas de tus montes,
y a
una infancia tan pura, no olvidada.
Hoy
te canto, ciudad de mis amores,
con
la voz de tus viejos trovadores…
La
Paz… la de palomas y bandadas.
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