Tus
manos de madre,
son
manos que sufren, son manos costeras;
sientes
que la vida
igualita
al río, tu tiempo se lleva.
Las
veo en las noches
tejer
una manta con hilos de sueños;
y
sobre una cuna
se
vuelven tus manos dos flores de ceibo.
Será
tu destino
igual
al del sauce, morir junto al río.
aunque
traiga penas
que
amarguen ti vida, lo sientes tu amigo.
Ahora
comprendo
tu
amor por la costa, porque no te alejas;
eres
como el sauce
que
lejos del río llora de tristeza.
Te
veo a la siesta
doblada
en la orilla lavando la ropa,
mientras
los gurises
te
arrancan la risa jugando a la “embopa”.
Miras
la canoa
tu
gurí crecido recorre el “alambre”;
heredó
el oficio,
pescador
costero, que dejó su padre.
Será
tu destino
igual
al del sauce, morir junto al río.
aunque
traiga penas
que
amarguen tu vida, lo sientes tu amigo.
Ahora
comprendo
tu
amor por la costa, porque no te alejas;
eres
como el sauce
que
lejos del río llora de tristeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario