jueves, 28 de febrero de 2013

SOY GUITARRA



Soy el alma de este suelo
que anda juntando emociones,
y a veces  junto tristezas
en las noches de fogones.

Muchas veces fui el lamento
de una raza sometida,
tristezas de abuelos indios
fueron abriendo una herida.

Acompañé a los caudillos,
empenaché las moharras,
fui grito libre en el viento,
señores… soy la guitarra.

Dejé por mi tierra amada
la ternura de mi canto,
y en el amor, me ha tocado,
a veces ser risa y llanto.

Mi boca se iluminaba
cantando coplas de amores,
la vi llorar otras veces
golpeada por los dolores.

Junté penitas de a ratos
y algunas quejas calladas,
y algún crespín me ha dejado
a mis cuerdas enlutadas.

Amordazaron mi boca
en tiempos de tiranía,
quisieron cortar mis cuerdas
y apagar el alma mía.

Mas fui juntando en mi caja
de mi pueblo, sus lamentos,
y el tirano nunca supo
que hasta canté en el silencio.

Y ya me voy despidiendo
el camino me reclama,
te entrego mi corazón
en una copla galana.

Si un día por un dolor
tu corazón se desgarra,
yo vendré a aliviar tu pena,
soy dulzura… soy guitarra.






martes, 26 de febrero de 2013

CAMINO



La cicatriz del camino
me va llevando hasta el río,
el caminito de siempre
por eso lo siento mío.

Y al andarlo voy juntando
cosas que no tienen dueño,
un puñadito de arena
y una caricia del viento.

Y he guardado entre mis manos
un pedacito de cielo,
y en mis ojos se ha prendido
la puntita del lucero.

Senderito de la costa,
manantial de un tiempo niño,
te camino y recupero
los sueños que había perdido.

Vuelvo a sentir el arrullo
cadencioso de mi río,
a pesar de larga ausencia
reconoció mi “chiflido”.

Pero también me doy cuenta
que me estoy volviendo viejo,
se hacen cortos los veranos
y estirados los inviernos.

Y va sintiendo mi alma
cansancio de un viaje largo,
empinada es la barranca
más la he de subir cantando.

Mis pasos van desandando
la cicatriz del camino,
con una luna costera
guardadita en mi bolsillo.

Reflejos de un río amigo
llenan de luz mi mirada,
encontré tantos recuerdos
que tengo celeste el alma.



sábado, 23 de febrero de 2013

COPLITAS PARA UNA AUSENCIA




En memoria del amigo "Coco" Vivas, el poeta islero:


Llora febrero en la tarde,
y un silencio de campanas,
se une al canto tristón
que me deja una calandria.

Hay llovizna en la ribera,
lloran los ojos del alba,
y luce un pañuelo negro
el mástil de mi guitarra.

En un aire de chamarra
deja escapar su tristeza,
por el amigo que ha muerto,
¡islero de pura cepa!

Llora la costa su ausencia
y una copla lo reclama,
el sauce se dobla en penas
y un arroyito lo llama.

Y el río aplaca su marcha,
se detuvo a preguntar,
y  una lunita ribereña
con él se puso a llorar.

Lo vi en la orilla al costero
solito  y entristecido,
lloraba por el amigo
más dijo que era el rocío.

Cargando voy esa pena
más le hice caso a mi alma,
cambié ese pañuelo negro
por alas,  en mi guitarra.


viernes, 22 de febrero de 2013

NOCTURNAL




El viento se detuvo,
se durmieron las aguas,
primero fue un naranja
colgando de las ramas,
después un gris oscuro
cubriendo las barrancas,
la tarde en agonía
en gemidos se alzaba.

Las sombras comenzaron
a brotar desde el suelo,
y bebieron de un sorbo
la claridad del cielo,
las aves presurosas
aplacaron sus vuelos,
un candil alumbraba
los pasos del costero.

Y allí no más, tan cerda
del viejo cementerio,
llegaron los susurros
cargados de misterios,
la costa se vestía
con un luto severo,
y en el aire flotaba
la soledad de un templo.

Retazos de la tarde
han quedado en el río,
diviso en el ranchito
un lucero encendido,
un vaho de fatigas
se esparce en la ribera,
y una canción me cuenta
de ausencias y de esperas.

Lentamente en  la orilla
mi sombra fue muriendo,
me ganaron el alma
misteriosos silencios,
y esa noche costera
se metió tan adentro,
que me ha encontrado el alba
con los ojos abiertos.



jueves, 21 de febrero de 2013

MI PRIMERA BICI



Tengo en mi memoria un niño despierto
mirando azorado lo que le mostraban,
una bicicleta de cielo pintada
con dos ruedas grandes, cual lunas gigantes,
y dos chiquititas, a cada costado.

Mis frágiles dedos fuertes se apretaron
al frío manubrio, mi alma reía,
había cambiado en solo un instante
aquel caballito viejo de madera
por este gigante , caballo de acero
que tenía dos soles con rayos plateados.

Mi padre miraba, mientras sonreía,
mi madre sufría, como presintiendo
la pronta caída,
y la despareja vereda de entonces
supo de mi gloria de aquel primer viaje.

Pisaba en el suelo, retomando fuerzas
llegué hasta la puerta de la Susanita,
la llamé y le dije: -tengo bici nueva,
apenas aprenda… te llevo una vuelta-.

Recuerdo una tarde, a las cinco y media,
detuve mi bici, la llamé con gritos,
recuerdo su manos allí en mi cintura
y sobre mi espalda su cara pegada,
riendo pedaleaba camino a la esquina,
los dos tan felices, la vida cantaba,
y la bicicleta, te juro… volaba…



BANDERA



Ayer volaste airosa en las moharras.
Blanco tu pecho y celeste tus alas.
Y en un fogón por ti, una vidala,
tembló en el corazón de una guitarra.


Desde la infancia misma te buscaba
una ilusión de niño enamorado,
sentía tu presencia en todos lados,
en todos los celestes te encontraba.


Y un día nos miramos frente a frente.
Juré por Dios amarte hasta la muerte
y darte mi canción en cada esquina.


Desde entonces sos parte de mi vida,
Airosa, incorruptible, no vencida,
A pesar de tu lágrima... en Malvinas.




JUNTOS


Se pintan arabescos en el fuego
mientras afuera llueve mansamente.
No necesito, amor, hoy de tu ruego,
quedaré en tu regazo largamente.


Ya la noche ha soltado sus amarras,
navega por su viejo río de sombra;
y en mis manos temblando la guitarra
recuerda aquel poema que te nombra.


Una antigua ternura y un silencio
que invade mansamente nuestras almas
nos aleja del mundo y de la gente.


No escuchemos amor, la voz del tiempo.
ven, brindemos aquí...  juntos y en calma,
mientras afuera llueve mansamente. 



SIGUIENDO UN CAMINO DE AGUA


La ribera desgranaba
mansamente sus rosados,
y el viejo río traía
su andar antiguo  y cansado.

Entre  gotas de rocío
mis ojos se iluminaban,
yo era feliz en la costa,
allí  hizo nido mi infancia.

Me reencontré con mi amigo,
aquel de las correntadas,
él sigue andando y andando
siguiendo un camino de agua.

A pesar de  tantos años
los dos nos reconocimos,
volvió a refrescar mi alma
como ayer, cuando era niño.

Yo, inmóvil allí en la orilla,
él, hacia el sur se marchaba,
que estrella andará buscando
siguiendo un camino de agua.

A veces él me contaba
de un amor sin esperanza,
y  de un destino de ausencias
siguiendo un camino de agua.

A veces soy como el río
alguna ausencia me abraza,
y he perdido algunos sueños
por un destino sin pausas.

Por eso quiero a este río,
el que siempre se alejaba ,
y a veces lloramos juntos
siguiendo un camino de agua.



lunes, 18 de febrero de 2013

HOMBRE



Me dices que es el hombre?
me ha preguntado mi amigo,
la pregunta ha despertado
aquí en mi pecho, un latido.

Que difícil responder
la pregunta del amigo,
quizás un soplo de luz
que viene desde los siglos.

El hombre, libre y esclavo,
conquistador o vencido,
a veces de mano abierta
y otras veces vengativo.

Aquel que llora en silencio
si una ternura se asoma,
aquel que ha abierto la  jaula
o el que mató la paloma.

Aquel que se alza valiente
y los temores ahuyenta,
aquel que calmó las aguas
o el que atizó la tormenta.

Aquel hombre esperanzado
que quiso encender la hoguera,
o aquel que trajo tinieblas
y apagó la primavera.

Aquél que grita injusticias
y pelea en mil batallas,
o aquel que sabiendo cosas
quizás por miedo, se calla.

Aquel que fue agüita fresca
y otras veces fue desierto,
aquel que anduvo desnudo
o fue rey por un momento.

Aquel que es todo alegría
o el que tristezas encierra,
aquel que habla del cielo
pero a la tierra se aferra.

Me dices que es el hombre?
me ha preguntado mi amigo,
la pregunta ha despertado
aquí en mi pecho, un latido.

Qué difícil responder
la pregunta de mi amigo,
el hombre es sueño y misterio
desandando los caminos. 





domingo, 17 de febrero de 2013

LA CALLE



Amo esta calle, desde tiempos lejanos,
era una lengua larga y áspera, de tierra
y aunque estaban sus casas desteñidas y tristes,
para nosotros era, del pueblo, la más bella.

La caminaba a diario cumpliendo los mandados,
y de lunes a viernes, camino de la escuela,
pero a mi gustaba los domingos de misa,
se volvía distinta, porque pasaba ella.

Y aunque algunos decían que nunca sería bella
por sus casitas bajas y sus portones viejos,
se volvía tan linda si ella la caminaba,
yo, niño enamorado, la miraba de lejos.

En esa calle andaban los duendes de la siesta
y llenaban el aire los cantos provincianos,
y al oír el llamado del zaguán de la esquina
presuroso corría, con el alma en las manos.

Fue mágica esa tarde, carnaval en febrero,
la corrí con un balde, la encerré en una esquina,
y al mirar esos ojos, que clemencia pedían,
le dije que mi alma, de amor, por ella ardía.

Por eso en mis recuerdos esa calle de tierra
sigue siendo tan bella, sobre todo en verano,
porque vuelvo a ese día, carnaval en febrero,
ella, dulce paloma, se cobijó en mis manos.

Y a veces la nostalgia, se prende de mi mano
y me lleva a esa calle, y la siento tan mía,
y encuentro aquellos ojos tan cerca de los míos
y ese beso robado,  jugando a la escondida.




TAN CERCA DEL RÍO




Mi pueblo cerca del río,
trepándose a las barrancas,
con un aire de campanas
te va llevando a la plaza.

Y allí, viejos edificios,
recuperan la memoria,
y entre paredes gastadas
encontramos historias.

Después llego hasta el arroyo,
“el caballito pintado”,
allí donde don Linares
le dio un canto enamorado.

Viejo puerto donde el  guinche,
solitario centinela,
estira sus manos frías
como buscando una estrella.

Y en sus calles regresando
tiempos de la edad primera,
“un picadito” los niños,
y las niñas, “la rayuela”.

Y diviso algunos rostros
en la bruma de la siesta,
al trotecito y sonrientes
la costa, llama y espera.

Ubajay, tas, pisingallos,
y un azul de enredaderas,
qué bueno era descubrir
la magia de la ribera.

Dichosos los que tuvimos
una infancia pueblerina,
con aroma a pan casero,
con un duende en cada esquina.

Mi pueblo de las barrancas,
mi pueblo de cielo y río,
mi pueblo me sigue dando
a cada paso un latido.
  
Y en esto de andar, andando,
yo lo añoro estando lejos,
y no sé si es volver
o me estoy volviendo viejo.



LA ANDARIEGA




Lunita de las barrancas
de los pagos de La Paz,
la veo dormir bajo el puente
a orillitas del Cuatiá

Después se va lentamente
por el río Paraná,
pone plata en las mojarras,
esas que vienen y van.

Desde la costa, el costero,
por mirarla, se retrae,
ella, blanca, inmaculada,
solo misterios le trae.

Hermosa luna platera,
alhajita de rocío,
eres la luna más linda,
lunita de mi Entre Ríos.

Con el costero se queda
un ratito a conversar,
mientras lava sus ojitos
en la orilla del juncal.

Después se va por el río,
luna de la soledad,
y se entretiene jugando
con el lucero al pasar.

Mansamente, río abajo,
dele vagar y vagar,
andariega la lunita
en el cielo de La Paz.

Ay¡ lunita enamorada,
yo se que te contarán,
que hallé dos gotas de plata
a orillitas del juncal. 



martes, 12 de febrero de 2013

EL MATE




Por tu boca la tierra
me cuenta sus pesares,
y recupero historias 
de tiempos que han pasado,
y siento la tibieza
y el olor de los montes,
los misterios el hombre
me dejas en los labios.


Desde siempre anduviste
con los gauchos baqueanos,
después de las contiendas
entibiaste las penas,
ibas de mano en mano
recogiendo relatos,
y al silencio quebraba
tu rezongo, de a ratos.


Te veo en esas manos
que pulsan la guitarra,
y en aquellas curtidas
del arado y la pala,
en las casas de ricos
y en los patios de tierra,
tu nombre nos hermana,
nunca hace diferencias.


A veces te me vuelves
dulzón para unos labios,
en mi pago entrerriano
te queremos amargo;
en las ruedas de amigos
 a gritos te reclaman,
pero también te buscan
cuando está triste el alma.


Mate sabroso y puro
¡qué bueno fue cantarte!,
mis coplas se hacen labios
tan solo por besarte.



lunes, 11 de febrero de 2013

CÁNDIDA LUNA


Se cuela entre sauzal tu luz serena.
Tu candidez los ámbitos domina.
El espejo del río se ilumina
y de misterios el monte se llena.


El cielo se enternece con tu pena.
Sientes su piedad, dulce te inclinas.
Cansada hacia el alba te encaminas,
a morir el tirano te condena...


Cuando caes rendida me pareces,
que al paisaje dejas en triste duelo.
Más no vierte el sol lágrima alguna.


Y a la noche, callada resplandeces,
con un vago temor alzas tu vuelo.
Hermosa, tibia y fugitiva luna.



viernes, 8 de febrero de 2013

PAISANO




Desde mozo se que anduvo
en los campos entrerrianos,
era como el monte mismo,
todo misterio el paisano.

Su vida fue lucha dura,
todo viento y correntada,
solo le aliviaba el alma
la brisa de las bandadas.

Alambrador, peón de campo,
y también buen domador,
si encontraba una guitarra
hasta se hacía cantor.

En el monte puro filo,
en el corral, firme tiento,
hombre de pocas palabras,
todo sapiencia y silencio.

Y casi sin darse cuenta
fueron pasando los años,
se fue de a poco enredando
su corazón en el pago.

Fue espinillo florecido,
fue un arroyito que pasa,
lucero en las madrugadas,
fue calandria, fue torcaza.

A veces veo en sus ojos
alguna pena dormida,
y en su rostro los caminos
que le ha marcado  la vida.

Y entonces me hago milonga,
me hago guitarra estrellera,
me hago vino en los domingos
para entibiarle la huella.




CORAZÓN DE ISLERO




Un golpear de marejadas,
en el cielo luna llena,
y en los ojos del costero
voy descubriendo una pena.

El viejo río que pasa
se fue llevando sus sueños,
la vida se ha puesto dura
para los hombres isleños.

A veces él recupera
aquellos tiempos dichosos,
cuando era ceibo florido,
todo fuerza y alborozo.

Trampero, espinel y remos,
la dulzura de los trinos,
nunca le escuché una queja,
siempre abrazado al destino.
  
Viejo islero de mi pago,
allá en la boca del San Juan,
anda buscando un  recuerdo
pa´ espantar la soledad.

¡Qué harás Julián! - le gritaban,
cuando el río se levante.
-Haré ranchada en los “cerros”,
y estaré hasta que se amanse-.

A veces lo veo quieto
como un sauce en la ribera,
anda eligiendo una estrella
para el día en que se muera.

Le va llevando sus cosas
al pasar la inundación,
pero el río no se atreve
a llevarle el corazón.


Fotografía de: Gustavo Cabral



ME DUELEN LOS FEBREROS




Acaso cuando  el cielo gris y triste
 que traen los febreros,
recoja mansamente las guitarras  calladas,
se doblarán los sauces  en un dolor antiguo,
y andará en la ribera una lágrima estirada.

Descenderá en el río una nota llorona
escapada quizás de tristones cordajes ,
se apagará el rumor de pájaros costeros,
por esa ausencia amada  se apagará el paisaje.

Y entonces una madre de algún ranchito humilde
canturreará esta noche esa canción de cuna,
serás abrazo largo cubriendo la ribera
y andarán a tu lado el lucero y la luna.

Y vendrán a la costa los “negritos del agua”
se juntarán en ronda, y buscarán tus manos,
yo sentiré mi  voz quebrada para siempre
buscando que en mi tierra no se apague tu canto.

Recientemente supe que en el cielo entrerriano
un dulzor de guitarras aparece en febrero,
y algunos pecadores, me han jurado por Dios
que te han visto jugando con los niños costeros.

Mis manos abrazadas otra vez al madero,
de nuevo la nostalgia floreciendo en las cuerdas,
yo no sé cómo sabe que ha llegado febrero,
más llora por Linares… el juglar de mi tierra.

La tarde va juntando de a poco sus retazos,
y la costa se llena de sones estelares,
ha llegado febrero, le creo a los costeros,
a orillitas del río, hoy lo he visto a Linares.