viernes, 8 de febrero de 2013

PAISANO




Desde mozo se que anduvo
en los campos entrerrianos,
era como el monte mismo,
todo misterio el paisano.

Su vida fue lucha dura,
todo viento y correntada,
solo le aliviaba el alma
la brisa de las bandadas.

Alambrador, peón de campo,
y también buen domador,
si encontraba una guitarra
hasta se hacía cantor.

En el monte puro filo,
en el corral, firme tiento,
hombre de pocas palabras,
todo sapiencia y silencio.

Y casi sin darse cuenta
fueron pasando los años,
se fue de a poco enredando
su corazón en el pago.

Fue espinillo florecido,
fue un arroyito que pasa,
lucero en las madrugadas,
fue calandria, fue torcaza.

A veces veo en sus ojos
alguna pena dormida,
y en su rostro los caminos
que le ha marcado  la vida.

Y entonces me hago milonga,
me hago guitarra estrellera,
me hago vino en los domingos
para entibiarle la huella.




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