Ayer volaste airosa en las moharras.
Blanco tu pecho y celeste tus alas.
Y en un fogón por ti, una vidala,
tembló en el corazón de una guitarra.
Desde la infancia misma te buscaba
una ilusión de niño enamorado,
sentía tu presencia en todos lados,
en todos los celestes te encontraba.
Y un día nos miramos frente a frente.
Juré por Dios amarte hasta la muerte
y darte mi canción en cada esquina.
Desde entonces sos parte de mi vida,
Airosa, incorruptible, no vencida,
A pesar de tu lágrima... en Malvinas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario