viernes, 22 de febrero de 2013

NOCTURNAL




El viento se detuvo,
se durmieron las aguas,
primero fue un naranja
colgando de las ramas,
después un gris oscuro
cubriendo las barrancas,
la tarde en agonía
en gemidos se alzaba.

Las sombras comenzaron
a brotar desde el suelo,
y bebieron de un sorbo
la claridad del cielo,
las aves presurosas
aplacaron sus vuelos,
un candil alumbraba
los pasos del costero.

Y allí no más, tan cerda
del viejo cementerio,
llegaron los susurros
cargados de misterios,
la costa se vestía
con un luto severo,
y en el aire flotaba
la soledad de un templo.

Retazos de la tarde
han quedado en el río,
diviso en el ranchito
un lucero encendido,
un vaho de fatigas
se esparce en la ribera,
y una canción me cuenta
de ausencias y de esperas.

Lentamente en  la orilla
mi sombra fue muriendo,
me ganaron el alma
misteriosos silencios,
y esa noche costera
se metió tan adentro,
que me ha encontrado el alba
con los ojos abiertos.



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