A veces son
como gotas
de lluvia
que lleva el viento,
y en otras
son refucilos
perdiéndose
monte adentro.
Los veo
corriendo libres,
y yo te
juro, me alegro,
quisiera ser
como ellos
pero me atan
los recuerdos.
Andan y
andan distendidos
sin cabezal,
ni cordajes,
sin espuelas
que se claven,
ni rebenque
que amenace.
Sueltas sus
crines al viento
galopan
libres, sin tiempo,
y me
estremece un relincho
bravo y
libre como el viento.
Y juntos con
ellos anda
la brisa en
los pastizales,
galopando y enancada
al lomo de
esos baguales.
Qué lindo es
verlos correr
sin
ataduras, ni tientos,
como un
arroyito libre
con un
manantial de sueños.
Qué bueno si
siempre fueras
correntada,
viento, brisa,
si encontrar
esa mano
del hombre
que te esclaviza.
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