sábado, 18 de agosto de 2012

EL PANTEÓN DE LOS FANTASMAS



Las últimas gotitas de un sol entristecido
caían sobre el viejo panteón.
Dicen que el viento a veces se pregunta,
que muerto ilustre habrá estado
allí sepultado.
Aún viejo y descascarado, muestra su estatura,
los nichos bajos lo miran con envidia
y algún gorrión que en sus rincones
ha levantado nido,
mira desde esa noble altura
a sus hermanos pobres
que anidan en los árboles.
Los misterios giran a su alrededor,
y las sombras mezcladas
con el ruido de los vientos,
desgarran a la nochecita
la piel del viejo cementerio.
Cuentan los que habitan muy cerca de él,
allí en las barrancas,
que a menudo, en la oscuridad, se escuchan
voces y risas,
y que un silbido largo y lastimero
se prende con el sonido de la guitarra
de cuerdas estelares.
Ayer pasé camino al viejo río
y me detuve a contemplarlo.
Viejo, descascarado, casi en ruinas,
pero aún mantiene toda su estatura,
y su estampa nos recuerda
a viejos tiempos de riqueza y señorío.
Volví mi mirada, y allí en el hueco de su puerta,
mezclada con las sombras de los árboles,
me pareció que una sombra gastada y triste
me observaba…
Por las dudas… seguí mi camino…
apuré mis pasos…

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