lunes, 17 de septiembre de 2012

EL PUENTE Y EL ARROYO




 El arroyo anda y anda
 va hacia lo desconocido,
 entre barrancas, vencido,
 a veces lo veo llorar;
 toda su vida es pasar,
 todo lo ve de pasada,
 igual carga de la gente
 alguna pena guardada.


 Nace en el sur de mi pueblo
 con un cielo transparente,
 y allá en un río de arena
 se va a morir tristemente.
 El puente que está clavado
 a diario lo ve pasar,
 a veces quiere seguirlo
 mas no puede caminar.


 El agua pasa despacio
 como la muerte y la vida,
 y el puente llora su paso
 cuando la siente perdida.
 A veces quisiera ser
 como el arroyo viajero,
 acercarme hasta tu orilla
 lavar tus penas de enero;
 ay!, si otras veces pudiera
 ser como el puente, enclavado,
 que no me muevan los vientos
 que a veces siento a mi lado.


 Allí están arroyo y puente,
 que dulce pena me dan,
 el puente mira y se queda
 y el arroyito se va.
 Cuando paso, me detengo,
 y algo siento dentro mío,
 a veces soy como el puente,
 otras arroyo vencido.
Qué bueno sería ser
 arroyo y puente a la vez,
 correr como agüita fresca
 y poder morir de pie.

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