El arroyo anda y anda
va hacia lo desconocido,
entre barrancas, vencido,
a veces lo veo llorar;
toda su vida es pasar,
todo lo ve de pasada,
igual carga de la gente
alguna pena guardada.
Nace en el sur de mi pueblo
con un cielo transparente,
y allá en un río de arena
se va a morir tristemente.
El puente que está clavado
a diario lo ve pasar,
a veces quiere seguirlo
mas no puede caminar.
El agua pasa despacio
como la muerte y la vida,
cuando la siente perdida.
A veces quisiera ser
como el arroyo viajero,
acercarme hasta tu orilla
lavar tus penas de enero;
ay!, si otras veces pudiera
ser como el puente, enclavado,
que no me muevan los vientos
que a veces siento a mi lado.
Allí están arroyo y puente,
que dulce pena me dan,
el puente mira y se queda
y el arroyito se va.
Cuando paso, me detengo,
y algo siento dentro mío,
a veces soy como el puente,
otras arroyo vencido.
Qué bueno sería ser
arroyo y puente a la vez,
correr como agüita fresca
y poder morir de pie.
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