Ya viene galopando el caballito
y es un soplo de luz buscando el río,
hay tristeza en la piel del arroyito,
se ha llevado a Linares el estío.
y es un soplo de luz buscando el río,
hay tristeza en la piel del arroyito,
se ha llevado a Linares el estío.
Por el declive de la tarde viene,
casi todas sus fuerzas ha perdido,
y en un quieto remanso se detiene
a rezar su oración por el amigo.
Y el “pariente de mar” se ha conmovido
al oír ese rezo lastimero
y aquel son de guitarras estelares.
Un andar milenario ha detenido,
se ha plegado a la pena del febrero
y ha llorado también por don Linares.
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