lunes, 24 de febrero de 2014

LA MUERTE DE LA CIGARRA



Ardorosa melodía el viento acuna,
el agua calla y el río se espanta,
la música estridente se agiganta
rompiendo los cristales de la luna.


Despierta al gurisito de la cuna
el juguete nostálgico que canta,
desafina su flauta, desencanta,
pero cantar es toda su fortuna.


Sus alas transparentes, en el verde
de los sauces se posa y se pierde,
y estalla su canción tan candorosa.


Gime… Y la luna que salió del río,
mojada aún y un poco temblorosa,
le ofrece su mortaja de rocío.

Fotografía: Ramón Mioletto

LA FLOR DEL PANADERO


Ya vuela un panadero desprendido
alita de ángel buscando la altura,
mi corazón de hombre no ha perdido
ese soplo de luz y de ternura.


Algunas cosas se hicieron olvido
de aquel tiempo feliz, todo dulzura,
pero aquel copo blanco suspendido
sigue en mi alma de cielo y de llanura.


Esos recuerdos tiernos e inocentes
regresan a mi mente, vagamente,
son esas cosas simples que he guardado.


Y a veces busco ese tiempo azul y espero
que se acerque a mi mano un panadero
y me traiga aquel ángel no olvidado.



domingo, 16 de febrero de 2014

LAS NUBES


Las veo cruzar en largas procesiones,
monjitas blancas de un azul firmamento,
en un ir y venir van con el viento
esparciendo en el cielo sus jirones.

A veces yo descubro algún retrato,
bellos rostros que me llevó la vida,
y es allí cuando en mi alma estremecida
alegría y dolor, vienen de a ratos.

Recupero los sueños olvidados,
aquella boca que besó mi frente,
aquella madre de caricias tiernas.

Y entonces me parecen diferentes,
descubro en esas nubes lo sagrado
y duele menos esa ausencia eterna.

Fotografía: Carlos Martinez

viernes, 14 de febrero de 2014

CASI NIÑOS



Un retazo de sol he descolgado
quizás el mismo sol de aquella infancia
y aunque hoy me golpea la distancia
yo aún guardo aquel niño enamorado.

Casi niños los dos, y un mediodía,
allí en tu boca se posó mi vuelo,
desde entonces tú fuiste mi desvelo
y la única razón de mi alegría.

Y fue allí que tracé el primer poema,
reía con tus sueños caprichosos
y te di la flor más bella de un invierno.

No sé qué ha sido… ¿quizás la luna llena?,
me ha traído tu nombre tan hermoso,
el que guardé un setiembre en un cuaderno.

Fotografía: Carlos Martinez


AUSENCIA DE MADRE



Hoy descubro poemas escondidos,
recuerdos que quedaron olvidados,
ahora que mis días te han perdido
quisiera darte el beso tan soñado.

Hay días, cuando llegan las tristeza,
te busco en los caminos de la vida,
y quisiera encontrar esa simpleza
con que andabas y andabas, cada día.
  
Y entonces tu recuerdo vive y crece
y se inunda de luz el alma mía,
y aquel amor tan puro permanece.
  
Y aunque sé que no estás, que has partido,
que tu ausencia me duele cada día,
nadie puede quitarme lo vivido.

Fotografía: Carlos Martinez

jueves, 13 de febrero de 2014

POR SIEMPRE LINARES



Su voz profunda me llega todavía
navega suavemente el largo río,
y en la tierra entrerriana es regadío,
flor silvestre, terruño, lejanía.

Quizás no sabe esta tierra mía
que esa voz se apagó en un triste estío,
pero fieles cantores de Entre Ríos
van cantando sus coplas día a día.

Partió es verdad, pero nunca ha callado,
canta Linares en el  trino alado
y  en la madre costera, esperanzada.

Será por siempre el corazón paisano,
de este pago bendito, enamorado,
lucero ardiente en mi cielo entrerriano.

Fotografía: Gustavo Cabral.

EL ULTIMO REFLEJO



Humo sutil que sobre el agua flota,
abatida la tarde se diluye,
mientras el río, incontinente, fluye
hacia el regazo de otra agua remota.
  
En el reflejo empapado denota
la tarde el mudo adiós con que concluye,
y en ese río que tembloroso huye,
pone un trazo fugas una gaviota.
  
Por las orillas donde la penumbra
sólo a través del agua se vislumbra
isócrono, el desliz de una canoa.
  
Tras extinguirse el último celaje,
imagino en la ribera, ante el paisaje,
monologar a un cascarón de proa.

Fotografía: Carlos Martinez

SOY



A veces soy un canto  que desliza
la cruz cansada de un paso apurado,
otras veces nota alada que armoniza
risas y penas de un andar pausado.

Y de una tierra cálida y mestiza
he sido grito arisco en el verano,
y he dejado que el corazón se aflija
aliviando el dolor de los hermanos.

Me sentí brote que el dolor graniza
y hasta esperanza viva en la derrota,
arena y río, también fuego y ceniza.

He sido copla soñadora al viento…
palabra libre aunque a veces rota…
pero siempre he puesto el sentimiento.

Fotografía: Ramón Mioletto.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Y UN DIA PARTIO (... y aún hoy la busco)



Aún me dura la melancolía,
en mis retinas la isla larga y clara,
mates de abuela menta, cedrón y malva,
y allí en el patio el bracerito ardía.
  
La abuela olía a cielo, a poesía,
arrastraba años su sombra doblada,
dulce mburucuyá que maduraba,
a flor silvestre, la suave abuela olía.
  
Un día se fue y sin decirnos nada,
tan solo nos sonrió con la mirada,
y en paz buscó al arroyo que corría.
  
Lloré su ausencia hasta llegar el alba,
busqué sus mates los de cedrón y malva…
y aún hoy me dura esa melancolía.

Fotografía: Ramón Mioletto

MISTERIO



He tenido mis penas derramadas
y a veces mis amores divididos,
a veces renegué de lo vivido
y otras veces, mi vida fue colmada.

A veces fui una tierra abandonada
y en otras un oasis prometido,
he sido un sol muy tibio, repartido,
y otras veces una sombra desolada.

A veces quise ser todo energía,
en otras me ganó el abatimiento,
he sido colisión y fui armonía.

Un hombre, insondable su misterio,
entereza y miedo, llevo dentro,
luz y sombra andando por la vida.

Fotografía: Carlos Martinez

MATINAL



Es una mañana de invierno naciente
el viento costero nos trae un frescor,
y el gemir  del río anuncia creciente
la costa se llena de un ronco rumor.

Y un sol andariego camina sin prisa
se prende en los niños, rondita de amor,
y en la correntada, lejos, se divisa
la imagen costera, penita y dolor.

Los niños contagian esa algarabía
visten la ribera de luz y alegría
poniéndole  alivio al quehacer matinal.

Y al viejo costero le golpea el viento,
mira a los gurises, aleja el lamento,
y apura el regreso... remar y remar.

Fotografía: Carlos Martinez

CANCION DE CUNA PARA UN COSTERITO



Una dulce canción el viento acuna,
para oírla hasta el agua se levanta,
por el dulce costerito todo canta,
gota de miel es la canción de cuna.

Hay duendes en el aire y se encanta
todo el paisaje, y la vieja luna,
deja en la cuna de sauce que se hamaca
gotitas de cristal que es su fortuna.
  
Si hasta el río para cantar se  vuelve,
y en la frente el ceibo un rojo pierde
para curarlo de todos los dolores.
  
Le trae el agua una esencia de flores
y la luna que ha salido del río
lo bendice con gotas de rocío.

Fotografía: Jorge Salvador

DUENDES SIESTEROS



En el dócil silencio de la siesta
atontada  por los soles de enero,
se escuchaba ese grito lastimero
a quien nunca por recelo, di respuesta.
  
Un “cuu” largo, triste, muy dolido
desgarraba a la tarde que se ardía,
y el temor en el pecho se prendía,
un misterio de solapas escondidas.
  
Se perdía ese grito en la hondonada
y de nuevo los gurises en bandada
buscando sombras, dueños del sendero.
  
No lo niego, su clamor nos daba miedo,
pero el monte y sus enigmas nos llamaba,
nuestra suerte,  total, ya estaba echada.

Fotografía: Gustavo Cabral

LOS HORNEROS Y EL RIO



Para pintar tus alas tanto cielo
y tantas primaveras remontadas
había un ruego de lluvia en tu mirada
y aquel mundo de barro allí en el suelo.
  
Entre un ir y venir va tu desvelo
y me asombra la obra ejecutada,
llena el aire una copla enamorada,
la casa terminada, dulce anhelo.
  
Vuelas en libertad cerca del río
obrerito marrón del pago mío,
la ternura de mi alma desencierras.
  
Y te doy esta copla improvisada,
eres bandera de mi patria amada,
eres luz, eres canto, nube y tierra.





ENTRE RIOS




Entre Ríos,
mi tierra de cielo y agua,
guarda esta luz del canto que me diste y que llevo,
para que vuelva a encontrarla siempre
como hallaba la dulzura de los pisingallos
en las siestas de mi infancia.

Entre Ríos,
entibia esta luz del canto que me diste,
agrégale un poquito de miel a mi garganta
para que retorne dulce y mansa
cuando me hiera el cuchillo gris
de alguna pena traicionera.

Entre Ríos,
protege esta luz del canto que me diste,
busca en el vientre de arena y pedregullo de tus ríos
alguna arcaica vasija de barro que arrastra el tiempo,
para que regrese cándida y fresca
cuando necesite saciar mi alma sedienta.

Entre Ríos,
tierra del latido y pródigas riberas,
 libera esta luz del canto que me diste
si algún día se callan tus zorzales y calandrias.
Ya sé, tú me dirás, no es lo mismo,
pero igual cuenta con él; siempre fue tuyo
y hasta puede morir por ti si lo reclamas.

Fotografía: Gustavo Cabral


CONTORNO DE AGUA



Ibas por el estero contorno de agua,
tan claros tus ojitos los de torcaza.

La pesadez costera de resolana,
te arrimaba a la orilla corriente clara.

¿Qué flor ibas buscando, la de las tunas?
alzaste un capullito lleno de lágrimas.

Sola por la ribera contorno de agua,
qué dulces son tus ojos los de torcaza.

Y descubrí en el monte unas miradas,
los duendes de la siesta se enamoraban.

De rama en rama andaban  sin alejarse,
cortando las espinas para cuidarte.

Corrías por el bañado contorno de agua,
el río por cantarte reverberaba.

Y el agua que pasaba eternamente,
vino a calmar tu sed calladamente.
  
Mi niña de la costa, de las chicharras,
sentí que en una copla te deshojabas.

Sombrita allí en la arena  contorno de agua,
con una flor y un verso, yo te esperaba.

Mis manos te buscaron sombra de agua
y me entregué a tus ojos, los de torcaza.

Fotografía: Gustavo Cabral