Dedos tendidos, ansiosa cabellera
así es el árbol que nos da su vida,
como él, mi raíz inadvertida
pero busca florecer mi savia entera.
Si pienso en la raíz tan sumergida,
imposible pensar en primaveras,
mas la flor es su vida verdadera
florecer como él, es la medida.
Así es mi corazón, raíz silente
que ansía encenderse en la mañana
buscando los colores más ardientes.
Y como el árbol busco ser altivo,
sombrita fresca para los amigos,
raíz por dentro, por afuera rama.
Fotografía: Miguel Navarro
No hay comentarios:
Publicar un comentario