Mi pueblo, el del arroyo, verde tajo,
iluminado, hermoso, sorprendente,
se estira colosal por la pendiente
largando su esperanza río abajo.
Mi pueblo puerto, pesca, amor, trabajo,
tostada piel en el verano ardiente,
mi pueblo con un rostro diferente,
canción de luz que don Linares trajo..
Su aroma a vivencias bien costeras
me nutre de colores los sentidos,
me lleva desde el arco a la ribera.
Mi pueblo con recuerdos tan queridos,
con tardes de canción y primavera,
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