Humo sutil que sobre el
agua flota,
abatida la tarde se
diluye,
mientras el río,
incontinente, fluye
hacia el regazo de otra
agua remota.
En el reflejo empapado
denota
la tarde el mudo adiós
con que concluye,
y en ese río que
tembloroso huye,
pone un trazo fugas una
gaviota.
Por las orillas donde la
penumbra
sólo a través del agua
se vislumbra
isócrono, el desliz de
una canoa.
Tras extinguirse el
último celaje,
imagino en la ribera,
ante el paisaje,
monologar a un cascarón
de proa.
Fotografía: Carlos Martinez
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