Mi pueblo descansa ladera abajo
iluminado, hermoso, sorprendente,
se estira colosal por la pendiente
alargando su esperanza río abajo.
Mi pueblo, puerto, pesca, amor, trabajo,
tostada piel en el verano ardiente,
mi pueblo con un rostro diferente,
canción de luz que Don Linares trajo.
Su aroma a vivencias bien costeras
me nutre de colores los sentidos,
me lleva desde el arco a la ribera.
Mi pueblo con recuerdos tan queridos
con tardes de canción y primaveras,
de sueños y milagros recibidos.
Fotografía: Carlos Martinez.
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